Wednesday, October 21, 2009

La estadidad olvidada

Por Anibal Nuñez

El movimiento estadista ha existido por años con una lucha ideológica interna. La lucha se refiere a qué principios regirán la política pública del partido que auspicie la anexión como relación política con los EE. UU. y como mecanismo de descolonización. Desde sus comienzos el movimiento anexionista ha aspirado a un fin dual: por un lado, la estabilidad económica mediante el acceso al mercado económico de mayor crecimiento; y, por otro lado, control sobre ciertos asuntos estatales tradicionalmente deferidos a los estados por el gobierno federal. A este segundo punto volveremos más adelante.

La pequeña burguesía de siglo XIX, a través de la descolonización de España, anhelaba propulsar la producción agrícola y convertir a Puerto Rico en un enlace norteamericano con el continente europeo. Otros anexionistas de la época buscaban promover la democratización del pueblo puertorriqueño y la integración del llamado “sueño americano”, donde se derriban las limitaciones al movimiento entre clases sociales.

Dando un salto significativo, el movimiento estadista posterior a la invasión norteamericana en Puerto Rico, el principal partido propulsor de la estadidad era el Partido Republicano. Liderado por José Celso Barbosa, el republicanismo del partido se apartaba millas de la acepción moderna de "republicano". El anexionismo de Barbosa despertó el sentimiento estadista en sectores tradicionalmente desaventajados. Estos sectores, como mencioné anteriormente, vieron en la estadidad la oportunidad plausible de cambiar de clase social y salir de la pobreza. Poco sabían estos sectores que casi un siglo después sería el mismo movimiento estadista quien les niegue la posibilidad de movilidad social. El Partido Republicano de Barbosa se dirigía por una visión populista que promovía los derechos individuales y otras posturas de liberalismo que identificaban a los EE. UU. Barbosa dijo lo siguiente en su artículo llamado Conversación Familiar de 1907:

"El cariño por el pedazo de tierra donde nacimos es independiente de la reflexión; reside en el corazón humano…pero tal afecto no podría ser considerado un patriotismo fructífero si se limitara al instinto y no se cultivara para convertirlo en patriotismo inteligente, en convicción racional, en principio.
….
Y así, siendo una consecuencia de nuestra asociación con el pueblo americano el poseer el suelo donde nacimos, el poseer todos los derechos de ciudadanos libres y el tener leyes nuestras, ¿qué tiene de sorprendente que este conjunto despierte el patriotismo inteligente y reflexivo de que antes hablábamos, perfectamente compatible en lo que tenga de americano y en lo que tenga de Puertorriqueño? No sólo es patria la tierra donde se nace. Nuestras libertades y derechos son patria también".


Vemos, pues, como Barbosa apelaba al patriotismo de la época para convencer al pueblo que las libertades y derechos que llegaron con los americanos, que no existían bajo la colonización española, eran también patria. Anhelaba Barbosa que no se sintieran menos puertorriqueños y puertorriqueñas quienes fueran anexionistas, pues lo que buscaban era asegurar el bienestar de sus compatriotas y no existía nada más patriótico que buscar la felicidad del pueblo.

En su artículo llamado El Problema del Color, publicado en 1909, Barbosa introduce el concepto de lucha unificada que trasciende el asunto de la relación política entre Puerto Rico y los EE. UU. Decía Barbosa lo siguiente:

"El problema del color no puede existir en Puerto Rico, cualquiera que sea el status político que, como finalidad, adopte el Congreso de los Estados Unidos para esta isla.
….
El problema sólo puede surgir por la voluntad del pueblo puertorriqueño.

El elemento de blanco o el de color serán en nuestro país, los únicos responsables, si tal problema viene sobre el tapete".

Barbosa presenta en este artículo la posibilidad de que el pueblo puertorriqueño, irrespectivo de lo que suceda en los EE. UU., pueda sublevarse y trascender las barreras que pueda imponer la ideología de estatus. Sugiere inclusive que el pueblo puertorriqueño es capaz de trascender cualquier decisión o política pública que imponga el Congreso sobre Puerto Rico. Dice Barbosa que hay ciertos elementos que sólo los puertorriqueños y las puertorriqueñas podrían convertirlos en un problema.

Con esto en mente, el anexionismos de Barbosa argumentaba que el pueblo de Puerto Rico podía ver a la estadidad como una extensión de su patriotismo instintivo, más no un nuevo patriotismo. Este patriotismo extendido, o inteligente y reflexivo como Barbosa le llamaba, surge de la búsqueda de la felicidad y de los derechos individuales que promueve el liberalismo norteamericano. Además, el Barbosismo proponía la unificación del pueblo en ciertos asuntos y elementos en donde no había lugar para la influencia externa. Como el problema del color, Barbosa ve a las libertades civiles, las mismas que usa para defender su patriotismo inteligente, como esos elementos donde los puertorriqueños y puertorriqueñas no pueden ser víctimas de influencia externa y sólo será un problema o asunto estatal si internamente así lo queremos. Más aún, el pueblo puertorriqueño debe dar un paso más allá y asegurar la igualdad que busca mediante la estadidad en todos los aspectos de la vida cotidiana boricua, por ejemplo, la igualdad racial. Por tanto, no es cónsono con la estadidad de Barbosa limitar otras libertades civiles que tienen los ciudadanos y ciudadanas, pues no es cónsono con el ideal de igualdad y hegemonía al que aspiraba su anexionismo. Es por esta razón que hay una estadidad, la estadidad del pobre, que ha sido olvidada en tiempos modernos. Han coartado el sueño americano y la esperanza de la movilidad social. Políticas neoliberales que promueven la división social y procesos de elitización producen una separación social que trasciende el ideal anexionista. Es la pesadilla de Barbosa, que la estadidad sea el mecanismo de la burguesía industrial para lograr estabilidad del capital, o sea, que el capital se quede donde está. Otras políticas que coartan derechos individuales, como el derecho a la libertad de expresión, intimidad, protesta, propiedad y a la asociación, no son cónsonas con la igualdad a la que aspiraba el doctor Barbosa y la protección de los sectores desaventajados, protección que profesaba cada tarde de 1:00 p. m. a 4:00 p. m., en la calle San Francisco, al ofrecer “consultas gratis para los pobres”.

1 comment:

  1. Movimiento anexionista en Puerto Rico escrito por Edgardo Meléndez (Editorial Universidad de Puerto Rico 1993) describe como el movimiento estadista actual suge desde los cimientos de la situacion politica del siglo XIX (pags, 18- 27).

    Dicho texto esta disponble en:
    http://books.google.com.pr/books?id=fPML-Y40Uh8C&pg=PA18&lpg=PA18&dq=economia+puerto+rico+siglo+XIX&source=bl&ots=SJKdq_RaZi&sig=EIx-2oVy7e-NzStoii8msqNzCiU&hl=es&ei=t2K2SsCuH8Wc8Abb3oG6Dg&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=7#v=onepage&q=&f=false

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